26 de noviembre de 2010

Sin nombre, parte 3



Odiaba la sensación de sentirse una extraña ante cualquier situación, como si sobrase, como si todo el mundo pudiese disfrutar de experiencias enriquecedoras y satisfactorias, fueran las que fueran, pero ella no. Y no porque no quisiera. Siempre había querido sentirse parte de algo, sentir que encajaba, que podía ser igual a los demás, o al menos comportarse como ellos; pero algo dentro de ella se lo impedía;  nunca había podido explicar qué era lo que se lo impedía, evitaba hablar del tema con la gente, por miedo a comprobar y que comprobaran que, simplemente, era incapaz. Mario era el que más se había acercado a ella, a conocerla realmente. Pero, ¿de qué había servido? Ella seguía sintiéndose sola, apartada y ya casi sin ganas de volver a una vida social normal y corriente, y él… (soltó una sonrisa sarcástica al pensar en él) a él no parecía importarle nada el estar apartado del mundo, tal vez por el alcoholismo y su adicción. Mario podía pasarse semanas sin salir de casa, esto en parte gracias a ella, que  la mantenía bastante ordenada y no dejaba que  faltara  comida.
Empezó a salir con él por extrañas razones, las mismas que le habían hecho elegir el trabajo con los niños moribundos: la necesidad de sentirse útil y poder ayudar a la gente y que, ésta, se lo pagase con gratitud. Sentirse querida era lo que buscaba. Con Mario había fracasado rotundamente. Ni muestras de cariño, ni agradecimiento; en ningún momento sintió que lo que hacía por él sirviese para algo. Seguía igual que cuando empezaron a salir hace ya 2 años, igual o peor, pues ahora era ya un adicto, con mayúsculas, a los estupefacientes.
Debería ser él el frustrado, no ella, que solo había actuado con buenas intenciones.
Así empezó a comprender que no hay lugar para los altruistas. Si actúas sin esperar nada a cambio, la gente no te tendrá en cuenta. Un pequeño precio que hay que pagar: acabas aislado del mundo, pero tratándote a ti con toda la bondad con la que seas capaz.  
Dio varias caladas mientras pensaba esto, no sabía si reír o llorar. Apagó la luz e intentó dormir.

1 comentario:

  1. Anoche estuve por aquí durante un buen rato. Leí y leí y leí. Ahora, venía con la idea de... "parte 4, parte 4, parte 4".

    Me voy así :( pero vamos, que volveré, créeme.

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