5 de marzo de 2011

Un 28 de febrero

(Aunque mucha gente los critica para mal, a mí algunas canciones de Héroes del silencio me vuelven loco, y como ya soy más viejo y sincero, ¡qué más da!)

Un día más siempre es una buena excusa para levantarse de la cama. El contraste de temperaturas de mi cuerpo envuelto entre las sábanas y el edredón también es una buena forma de saber que mis sentidos siguen vivos, menos la vista, que sin las gafas apenas sabe distinguir un libro de un disco, o una letra de un signo. Como en invierno siempre duermo con la ropa de a diario, no tengo que vestirme. Lo primero que hago es ir a la cocina a tomar café y desayunar. Voy al baño a desahogar mis necesidades físicas y a echarme un poco de agua en la cara, más por costumbre que porque crea que sirve para algo. Después me pongo a leer o a comprobar las actualizaciones de los blogs que sigo y a cruzar los dedos porque tenga emails nuevos, pues siempre me da una alegría inocente recibirlos. Cuando me aburro me pongo música o toco la guitarra, hasta que vuelva a aburrirme y decida ir a comprar algo para comer ese día…
Aunque, hoy también puedo sentarme a esperar a que alguien me llame o se me acerque para  felicitarme por mi cumpleaños. Sé que alguien vendrá y tengo muchas ganas, pues últimamente he aprendido a valorar el verdadero sentido de los abrazos. Regalos no habrá y tampoco hacen falta. Con 25 años por suerte soy capaz de comprarme por mí mismo lo que necesito, casi todo lo que necesito.

3 comentarios:

  1. Felicidades, por muchos años. Un abrazo.

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  2. A veces lo que necesitamos ni se compra ni se vende... pero igualmente llega tarde o temprano.

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  3. Muchas gracias Mondina... aunque más que muchos, los prefiero buenos ;)

    Ersebeth, creo que sí... pero todo tiene un precio, hay que saber distinguir si nos vale la pena pagarlo

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