Pequeño "homenaje" al libro Miedo y asco en Las Vegas, Hunter S. Thompson... el libro con el que se inventó lo del periodismo Gonzo... (término que queda claro al leerse el libro). También recomiendo la película, aunque probablemente la mayoría ya la hayáis visto... con Johny Depp y Benicio del Toro, dirigida por Tony Grisoni y Terry Gilliam... en fin, que es una historia que hay que conocer ;)
***
Llega un día en la vida de todo hombre en el que se da
cuenta de que, quizás, no habría sido un error replantearse algunas cuestiones
de su vida, antes de correr riesgos innecesarios. Ese día suele llegar sobre
los veinticinco años, más o menos. Aunque he de decir que no les llega a todos
al mismo tiempo, ni en las mismas circunstancias. La mayoría de veces, se da de
forma más intensa en los consumidores asiduos de drogas. Llevar años colocándose y viajando con todo tipo de sustancias, hace que te vuelvas un
confiado, no sólo respecto a tu salud sino con factores externos y, a veces,
más dañinos que el propio consumo abusivo de sustancias tóxicas (por llamarlas
de alguna manera), digamos… la policía.
Que te inviten a una fiesta en la que te aseguran que habrá
chicas, alcohol y ganas de gozar, siempre es un buen plan. Que vayas emocionado
a la casa de tu camello habitual a por lo de siempre y que él intente disimular
que le caes bien, sonriendo y preguntando cuál es tu plan esa noche y tú le
cuentes una verdad a medias, es inevitable.
Por supuesto no puedes saber que ese día va a ser diferente.
Ni te lo esperas. Vas en el coche a la velocidad que se te antoja. No te falta
ni marihuana, ni cocaína, ni ron. La gente te espera en una casa a las afueras
del pueblo donde vives. Has llamado para asegurarte de que hay chicas y ganas suficientes, para ir motivándote, con
esa idea en la cabeza, por el camino. Para esto quizás fumar marihuana no sea
lo más adecuado, pero a quién le importa… ni la índica más potente podría doblegar tu voluntad de acabar esa noche
teniendo experiencias casi místicas de sexo y fiesta.
Es entonces cuando la sorpresa que tu devenir parecía tener
preparada, hace su aparición. En una de
las rotondas de paso obligado, hay un control antidroga (y armas), de la
guardia civil. Tus ojos como platos. Y tu colega en el asiento del copiloto
tratando de pensar un buen plan para poder escapar… pero no lo hay. Los dos
maldiciendo la suerte de cada uno, deseando no llevar nada de esa mierda encima
y tratando de no sudar, ni empezar a temblar como novatos.
La única opción posible es guardar toda la mierda dentro de
los calzoncillos y esperar a que los policías no tengan la audacia necesaria,
para que se les ocurra palpar demasiado las partes nobles de vuestros drogados
cuerpos.
El riesgo ya no es un riesgo, es una realidad. La policía
está registrando de arriba abajo el coche y se puede ver al otro lado de la
rotonda, dentro de otro coche detenido, cómo un pastor alemán husmea el
maletero y los asientos, buscando todo lo que su jodida nariz súper sensible
pueda encontrar. Ahí es cuando de verdad empieza el temor a ser descubiertos…
un perro para detectar las drogas, nunca os había pasado y creéis que de ésta
no salís. Pero, armándoos de un valor inesperado, decidís no declarar que vais
bien cargados (por lo menos 4 gramos
de coca y unos cuantos cogollos de maría). Si os lo encuentran, os joden, si no…
ganáis. O al menos eso es lo que os repetís a vosotros mismos, mientras veis
como se acerca el perro hasta vuestro coche y empieza su misión detectivesca…
Pero claro, el destino no existe… todo es una casualidad y
sabéis de sobra que vuestros planteamientos de dejar de consumir mierda no van
a durar más de dos días… o más bien, lo que tardéis en llegar a donde os
esperan; porque la policía no os registró bien y al jodido perro se le notaba a
leguas que era su primer intento real
de detectar algo; porque no lo consiguió ni pasando a vuestro lado mientras os
fumabais un cigarrillo confiados en que el azar os volvería a sonreír, como
siempre…
Eso si que es tener suerte!!!
ResponderEliminarjajaja... sí... una multa que se ahorran los muchachos ;)
ResponderEliminartremendo...
ResponderEliminarLa gente no suele tener tanta suerte, el consejo de la abuela para estos chicos es: tiradlo todo por la ventana en cuanto veis los pirulos encendidos...y al día siguiente, con un poco de paciencia y cruzando los dedos, id a la luz del sol a buscar el botin abandonado. (Lo gracioso es que yo nunca he tenido que hacer nada parecido jamás) XD
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