Luchar
contra nada. Huir de nada.
La libertad es un simulacro de realidad, un engaño impuesto por los
que se hicieron con el poder; los que inventaron lo que hoy se nos hace ver
como el poder, el poder real.
Luchar
contra nada. Huir de nada.
La realidad está ahí, desfragmentada, hecha añicos, esperando a
que estemos dispuestos a conformarla, o reformarla.
Podemos hacerlo a nuestro antojo, esa es la ventaja. Podemos
hacerlo como queramos, ese es el problema.
Luchar
contra nada. Huir de nada.
¿Qué querer cuando lo que se ha creído deviene en espejismo? ¿Qué
creer cuando lo que se ha querido ya no está? El lenguaje apropiado para los
simulacros de verdad siempre ha sido
la mentira.
Luchar
contra nada. Huir de nada.
Sal a la calle y dime, de lo que ves, una sola cosa que sea más
real que el frío invernal, las estrellas, la luna: lo natural.
Sal y dime si estás seguro de lo que ves; y si lo que ves es lo
que crees ver o lo que quieres ver.
¿Podrías vencer?, o sería como siempre, una teoría entre mil
posibles, tu argumento en contra de las imposiciones.
Luchar
contra nada. Huir de nada.
¿Es la realidad realmente lo real? Deberíamos preguntar más. Sabiendo que preguntar no es emitir enunciados en busca de iluminación o reproches. Se trata de buscar respuestas, una y otra vez.
Luchar
contra nada. Huir de nada.
Nos dieron el simulacro de libertad, para poder asentarnos sin
remordimientos en una realidad que es más ajena de lo que seríamos capaces de
imaginar.
Tienen la ventaja de que la libertad no nos deja imaginar, o
pervierte lo imaginado. Promulgar lo real destruye, pues cada vez que se
levanta un mito, otro debe ser arrasado.
El dolor solo está equilibrando una balanza emocional.
Luchar
contra nada. Huir de nada.
La realidad es pura invención, pero hay invenciones más naturales,
más humanas. No ese arte post-moderno derrotado, sino la lucha que debería
dormir debajo de cada capa de aceptación.
Luchar
contra nada. Huir de nada.
Nos dicen que no hay normas porque no las quieren para ellos. Nos
dicen que solo conocemos el vicio, mientras ellos idolatran la perversión. La
fabrican.
Luchar
contra nada. Huir de nada.
La confusión adormece. La falta de convicción es el cáncer de la
objetividad. O tal vez lo subjetivo sea solo una herramienta para llegar allí, al nuevo
lenguaje.
Luchar
contra nada. Huir de nada.
La libertad muerta. Sacrificada en pos de un nuevo mito, en pos de
una nueva razón. La reconciliación con la filosofía como herramienta para
entender una psicología desquebrajada. Desde un pensamiento realmente crítico,
sabedor de su limitación, pulidor de su propia forma.
Luchar
contra nada. Huir de nada.
El mito real de la nueva estructura social. Una muchedumbre
atenta. Una sociedad dispuesta. Una explosión en los cimientos de la antigua
verdad, para plantar sobre esa tierra las semillas de un bosque, solo un
bosque, solo naturaleza.
Luchar
contra nada. Huir de nada.
La libertad nos ha hecho máquinas. El nuevo mito nos devolverá a
la vida. A la más pura expresión de lo humano.
Dejemos
que empiece.
inventamos la realidad, la percibimos, para luchar o para huir. También podemos pensar en hacerla estallar cuando ya no nos sirve como verdad. Tal vez se trate de desmontar la maquinaria, ahora. Poner lo humano en primer lugar y destruir con el pensamiento crítico, todo orden impuesto, todo mito. Saludos poeta
ResponderEliminarBrutaaaaaal!!! eso es hay que luchar, porque lo que ellos quieren es que agonicemos en la nada. ¡un abrazo y me alegro de tu vuelta! :D
ResponderEliminarSi investigamos es porque no sabemos la respuesta y la naturaleza, sí: las cosas son como son. El vacío es lo que mejor no entendemos. Ni siquiera comprendemos aún a fondo la diferencia -haberla hayla- entre el vacío y la nada.
ResponderEliminarMe alegra tu regreso. Un abrazo.
Vuelves por fin y a lo grande, me ha encantado! Escribe más, joder, eres bueno.
ResponderEliminarLibertad, libertad...