30 de noviembre de 2011

Gracias a un dibujo torpe y tierno


Gracias a un dibujo torpe y tierno
Sacado de un libro para niños
Recordé su cara y su sonrisa

Y como un misterio revelado
Comprendí que todos fuimos sueños

-Y jugamos, aprendimos, lloramos, gritamos
Y quisimos alguna vez… y amamos más de una.

Incluso usted, papá-.

24 de noviembre de 2011

Jugando al asesino


Suele ser difícil acostumbrarse al calor artificial de las habitaciones de los hoteles baratos. Aunque resulta aliviador comprobar que la documentación falsa sigue funcionando para hospedarse en ellos. En estos lugares, el poco dinero ingresado resulta mucho más importante que la identidad de quien lo paga. Los perdedores como yo vivimos y hacemos vivir a estos lugares.
Si no fuera por los paseos nocturnos por las solitarias calles y los pequeños bares que se encuentran por ellas, con su cerveza barata, las estancias en pueblos pequeños rozarían lo insoportable. Lo más agradable y tranquilizador es recorrer sus plazas y parques vacíos con poca vegetación, y no cruzarse nunca con patrullas de policía. Sobre todo después de haber recibido esa llamada anónima, tan misteriosa e inquietante que rozaba lo místico. Una voz monótona y fría de mujer, casi robótica, que sin esperar mi reacción me dijo que mi cara ya aparecía en las fotografías de los delincuentes más buscados del país. Algo verdaderamente inquietante, aunque esperanzador de alguna manera. La llamada duró poco y no podrá repetirse, pues me he deshecho del teléfono móvil. Me pone nervioso estar pendiente de llamadas, mensajes, la hora… y ya estoy todo lo nervioso que puedo soportar. Solo me molesta saber que no podré descubrir nunca quién fue la que me llamó. Pero ahora tengo cosas más importantes de las que ocuparme.
A pesar de saberme prácticamente acorralado, una parte de mí, a veces desea ser atrapado y encarcelado; como si toda esta huida no fuera más que un juego que va perdiendo su parte divertida y empieza a mostrar su auténtico rostro: el de la derrota anunciada de antemano por la propia conciencia.
En realidad sería lo mejor que me podría pasar. Que me capturaran un día cualquiera, haciendo cualquier cosa rutinaria. Tal vez tomando unas cervezas, o comprándolas. Tal vez liando un cigarrillo, o comprando tabaco. Tal vez comiendo algo de comida precocinada, o comprándola. Tal vez paseando por un parque o de camino a alguna playa, o comprando tickets para un viaje corto en tren. Los viajes largos me aburren, podría leer pero últimamente prefiero no hacerlo, lo único que consigo es deprimirme y sentirme aún más solo.
Lo peor de todo es no dejar de pensar en que no debería haber hecho lo que hice y que toda esta mierda se podría haber evitado. No debería haber robado ese coche, ni haberlo puesto a tanta velocidad; no debería haber sido tan confiado, pensando que una carretera tan oscura no esconde demonios vestidos de verde, en patrullas blanqui-verdes. No debería haber perdido los nervios ni haber cogido sin pensar el arma que llevaba uno de ellos, ni haber disparado contra los dos… tampoco debería haber huido.
Y, sobre todo, no tenía que haber disfrutado con las muecas de miedo y dolor que se les quedó al ver que no iban a poder pararme cuando la muerte se les echaba encima… Suena absurdo, pero quiero perder en este juego… porque yo ya estoy perdido.

23 de noviembre de 2011

Pasos sincopados


Nuestros pasos sincopados
Van dejando  huella en cada golpe débil
De este compás -ad libitum-  que se repite
Una vez y otra vez

En cada jornada nos deslizamos en círculos
Y no importa
Si crecemos mientras morimos
Y aprendemos para poder olvidar

11 de noviembre de 2011

Desde... o hasta.


Todo se vuelve fácil cuando lo hacemos fácil
La sabiduría es solo el ego perverso de la ignorancia
Y el temor a descubrirnos en forma de sombra
Hechos reflejo, en los mosaicos de una pared sin decorar

Sádicos y pulcros, caemos, orgasmo tras orgasmo
En la espiral de hedonismo y fantasías agónicas
Que es hoy la virtud de los amantes, quienes corren
En busca de sensaciones que piensan únicas y quieren propias

Nosotros
Quizás
Un día
Sepamos
Volver.

6 de noviembre de 2011

Renovar los sueños... y algunas palabras


A veces olvido lo que somos
Te necesito aquí
Necesito que tu piel me deje respirar su brisa
Y que tu pelo derrame sobre mi hambre
El sudor amargamente dulce del placer

Leí en un sueño, de páginas blancas y arañas azules
Tal vez  negras o verdes…
el miedo es indescriptible
Que hay remedios para aliviar el alma
Pero que nunca sana
Primero tendríamos que saber localizarla

A la araña negro-verde-azulada,
 el alma
Leí también, al acabar el sueño
Con el primer rayo de luz de mi mañana
Que a partir de ese día
Todo volvería a ser como siempre había sido
Y que para cambiar los detalles
Sólo tendría que renovar mi vocabulario 
Con cada palabra nueva,
una vivencia nueva

Habría que aprender a ver la resurrección
Que se oculta detrás de esta decadencia
Y dejar de lado el nihilismo…
Aunque pierda todos los motivos
Que me llevan hasta la palabra

No sé lo que somos (nunca lo he sabido)
Y te necesito aquí.