Se ha acostumbrado a vivir con su carga emocional. Quizá seasexista decir que las mujeres parecen tener una habilidad especial parasoportar algo así, pero ella lo ha conseguido, a pesar de las recaídas. Ahora trabaja en un restaurante, lejos de todo lo vivido,temporal y espacialmente, aunque los recuerdos son inevitables. Las lágrimastambién. Los unos traen a las otras y éstas los apaciguan. Quizás el peor delos castigos de pasar por lo que ella, sea convertir en dolor, el pasado.
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