Son ráfagas de odio
Los primeros retoños del desprecio
Son cantos blasfemos
Que segregan verdades paganas
Son el ímpetu del frío
Con los dedos despellejados
Son la sangre desolada
Que pervierte tras la niebla
Son relámpagos, metrallas y caos
En forma de alaridos y armonías
Somos lo que quisiste que fuéramos
entonces somos inocentes de ser?...en el canto blasfemo hay caos de sangre desolada. brillante de furia este poema. Besos
ResponderEliminarBalazo certero
ResponderEliminarMuy buneo. Me gusta ;)
ResponderEliminarMe detuve, sin tiempo a leer, algo breve y ya me gustó.. hoy que he invertido mi tiempo en conocer más de tí, debo decirte.. que me encanta leerte. Un abrazo
ResponderEliminar"Son relámpagos, metralla y caos.
ResponderEliminarEn forma de alaridos y armonías"
Es perfecto. Me ha encantado...
Un saludo.
Claudia... Hasta cierto punto somos inocentes. La culpa de que seamos supongo que se la podemos echar al azar... pero a partir de ahí, todo lo que ha venido después, es nuestra responsabilidad... la furia y la desolación también. besos.
ResponderEliminarElena... Hacen falta muchos balazos certeros, sigamos dándolos.
Pati... me alegra mucho que te guste...y que te quedes siguiendo mi blog. Yo hago lo propio en el tuyo... siempre agrada conocer y compartir experiencias con gente interesante y con inquietudes... aunque esto ya lo sabrás. Un abrazo!
Marián... la perfección es algo muy relativo pero, aún así, agradezco tu comentario. No hay nada más reconfortante que saber que lo que uno hace, dice, piensa, siente, etc... es bien recibido y aceptado por otras personas, tan diferentes como parecidas a nosotros mismos. Un abrazo!
Bueno el detalle de tu nombre al revés...precioso nombre por cierto, como el que le puse yo a mi hermano.. ;)
ResponderEliminar"Los primeros retoños del desprecio"... me ha llegado al alma... como dice Elena: certero!
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