Si hubieras sabido cuánto cambia el amor
Jamás habrías dicho que me amabas
Si los sueños fueran manos de azar
En un tallo sin flores ni ramas
Perderíamos la frágil ilusión
De esperar al destino y sus tramas
Y así, durmiendo, podríamos evocar
La salvaje lujuria de nuestras camas.
lo frágil, lo permanente...nunca se sabe. Tal vez es mejor asì, para tejerle tramas al destino. Un beso
ResponderEliminarlas promesas son palabras; las palabras se quedan atrás, nosotros seguimos adelante.
ResponderEliminarqué etéreo es todo, tienes razón.
un abrazo
Claudia... es es el secreto, intentar tejer uno mismo las tramas del destino... pero la comodidad de esperar a que todo pase sin más, es muy tentadora. Ni lo permanente, ni lo frágil... sólo vida, para qué más? Un beso.
ResponderEliminarElena... Aún así el eco de las palabras nos recuerda lo que fuimos en esos días, o lo que creimos ser. Aunque todo se desvanezca, hay un instante, por ínfimo que sea, en el que ES y ESTÁ... intentemos aprovecharlo. Un beso.