Por error la falta de fe engaña.
El temor a los demonios sustenta
en el desconcierto, a los retoños
de carne y razón que brillan
corriendo hacia los cerros,
y se deslizan por ellos.
Yo subí por caminos de fantasía
y barro; trepé sobre árboles
sagrados, que eran minas de colores,
de pelos, de sangre, de flores,
de espinas y de veneno,
Siempre en busca de frutos
de cáscara fina y llamativa:
las ofrendas de los arroyos
sigilosos, que nos guiaban
hasta la cima de los sueños
de plumas. Hasta la frontera
de nuestro pequeño mundo verde.
las cimas y sus pequeños mundos verdes, siguen guiando los caminos de la fantasía, como en antiguos rituales, la tierra espera sus ofrendas. Saludos y gracias por tu visita
ResponderEliminarla fuerza que reside en el interior,se hermana con totems antiquisimos que nos recuerda quien fuimos....una esperiencia leerte.
ResponderEliminarHasta más allá de nuestro pequeño mundo verde, NallA, siempre en busca de frutos... Bello!
ResponderEliminarTe sigo. Y te encuentro pronto!
Abrazos!