31 de marzo de 2011

Un concierto de delirios

Por y para Bach y el tercer concierto de Brandemburgo.


Tragos fantasmas, el sabor armónico de Brandemburgo
Siempre eterno desde las manos de un misterio;
Pero no es una B lo que busca mi sangre.

Esto no lo digo yo
Lo dicen muchas voces
De personas que no conozco:
Son un eco de infancia
Y sabiduría metamórfica
En los labios que nunca besaron
El epicentro de la rabia:
Una boca querida
Perdida en su propio arcano

No soy capaz de decir
Lo que tanto tiempo se ha ocultado

La culpa del delirio
La tiene la misma razón que nos obligó
A fustigarnos con fantasía
-Y un poco de retórica-
En los días de ebriedad perenne
En los días del sacrificio en honor a la esperanza
Recordando vidas superpuestas en la propia memoria

¿Habrá otro espacio al que el tiempo regrese?
Un infinito paralelo, víctima de la fe
Donde caiga un espejismo divino
Y pervierta el devenir, antes del retorno.

1 comentario:

  1. los delirios que caen en los versos pueden ser un devenir que pervierte ese eterno retorno al epicentro de la rabia. Bello poema, tiembla la furia entre los versos en fantasías està sonando tu concierto. Besos poeta

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