Yo aún tenía cosidos los ojos de noche,
Ella cruzaba la tierra levantando el polvo
Del deseo; no venía y se acercaba,
Yo la veía y ella se borraba.
Otra vez me arrastran los ríos de impaciencia
Y frustración que desembocarán en el centro
De su vientre; donde se gestan las sonrisas,
Hoy todavía amargas.
Ella es la alegría hecha ambiciones caducas;
Yo soy la rebeldía ansiosa
Recorriendo la ignominiosa senda de la derrota.
Ella
Llorará cuando caiga el telón
Y se muestren los sueños desnudos
Con su piel gastada y la mirada torturada
Y yo
Lloraré por rabia al no sentir
Su magia entre mis uñas, sus caprichos con mi lengua.
Lloraré contemplando su perfil prófugo de la lujuria;
De la mía.
Su pecho danzará y rimará placeres con su sangre;
Pisara mil veces mis muecas de ilusión,
Se divertirá con mi entrega;
Yo vaciaré todo el dolor sobre mi debilidad,
Fortaleceré la soledad con muros de tristeza
Y jamás volveré a desearla.
Viviremos el rol de una realidad materializada,
Donde ella será la diva eterna
Y yo el incansable espectador,
El descubridor de la melancolía que esconden los sueños;
A lo que llaman esperanza.
Esperanza.
Esperanza.
Dos entradas. Y potetes. Y con cambio de estilo y de prosa; más tradicional en lo rítmico.
ResponderEliminarLas personas que escribimos, conseguimos a veces no ser más que algo que es atravesado por sentimientos y emociones que ni sabemos de donde proceden. No sé si voy de lista, pero me da la impresión de que en este caso tú si sabes de donde viene todo este dolor/nostalgia/deseo.
Lo que nos inspira a veces es lo que nos destroza.
Qué bueno poder reescribir. Y qué ganas de leerlo.
Un beso fuerte.
Tu poema es galope y estruendo en los oídos del deseo , versos que lloran la magia y visten con otra piel tus palabras. Felicitaciones...por este acto. Un abrazo
ResponderEliminarquién fuera Ella
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