Una vez más el mismo juego;
La razón arrastra un universo,
El infinito nos regala dolores y placeres.
Y yo sólo caigo
Y yo caigo solo
¿Quién se divierte
Cuando se apaga un engaño?
¿Quién se despierta
Cuando grita un fantasma?
El amor confunde al ego;
La condena del silencio
Es un calor que se va, besando atardeceres.
Y yo sólo caigo
Y yo caigo solo
¿Cuánto nos miente
El ideal de un amado?
¿Cuánto se extraña
Su olor, en nuestra cama?
Por mucho que griten y nos despierten los fantasmas, el ideal es más real de lo que se piensa. Acaso puede medirse el deseo y la ansiedad en la caída solitaria?? El juego de la nostalgia (ese amor que confunde al ego) tiene sus propias razones cuando se instala en la cama. Caí en tu poema en espirales de un fantasma. FASCINANTE!! gracias
ResponderEliminarSupongo que se extraña incluso cuando aún no sabemos su nombre.
ResponderEliminarBss